Leopold museo
El Mumok ocupa un edificio con fachada de lava basáltica e interior de hierro, acero y cristal. De sus paredes cuelgan obras de las grandes figuras del pop art. hiperrealismo, conceptualismo y minimalismo, land art o arte povera, además de dedicar buena parte de sus salas al arte contemporáneo de los países del centro y este de Europa.
Mucho más luminoso es el Leopold, un cubo blanco al que se accede por una enorme puerta que deja al descubierto un atrio de 13 metros y cinco plantas para una colección única en el mundo, la reunida por el doctor Rudolph Leopold. Su fascinante historia comienza cuando, siendo estudiante de medicina, adquirió el primer lienzo ahorrando propinas. Desde entonces, ha logrado reunir 5.500 obras que incluyen las mejores pinturas y obra gráfica del modernismo austríaco. Lo consiguió sin capital inicial, guiándose por su instinto y enamorándose de lo que los demás rechazaban. Sobre todo del genial Egon Schiele, considerado un pintor pornográfico y degenerado en la época de entreguerras. Su vasta y exquisita colección se completa con muebles de Josef Hoffman y Michael Powofny, fundadores de los Talleres Vieneses, además de las grandes figuras de la Secession: Klimt, Loos, Wagner, Kokoschka y Oppenheimer. Telas por las que, en alguna ocasión, llegó a pagar la simbólica cifra de 4 €.